Cómo lidiar con un mal jefe

¿Estás intentando hacer todo lo mejor en la oficina? Llegas temprano, entregas tus pendientes, contestas los correos, pero, ¿no es suficiente? ¿Tu sufrimiento incrementa día con día? Entonces es probable que tengas un jefe del infierno. Antes de que decidas salir corriendo, primero identifica estos 7 errores.

Ahora bien, ¿Cómo puedes lidiar con él? No te estreses, esta situación te ayudará a desarrollar aptitudes de liderazgo y así aprenderás lo que no debes hacer al coordinar un equipo, pues comenzarás a practicar un poco de liderazgo propio. Aquí van 9 consejos para que no pierdas la cabeza.

Encuentra un mentor

Gran dilema. Amas tu trabajo pero odias a tu jefe. Una solución es buscar un mentor aparte de tu jefe. Esta es una excelente estrategia que debes considerar dada la ayuda que te puede proporcionar esta persona. Puede aconsejarte y además es probable que si eres un buen elemento, abogue por que te promuevan.

Aprovecha sus debilidades

Si sabes que tu jefe es desorganizado, ayúdalo a que siempre esté al tanto de las cosas. Eso funcionará más que solo quejarte de su incompetencia. Si siempre llega tarde a las juntas, ofrécele comenzar la próxima reunión por él. Hacerte indispensable y convertirte en un apoyo para tu jefe es un activo bastante valioso para tu futuro profesional.

No te intimides

Si tu jefe es un “bully” recuerda que él obtiene el poder de personas que muestran miedo y agachan la cabeza. Si estás seguro de que trabajas correctamente, no le des la satisfacción de desmotivarte. Por el contrario, haz preguntas, investiga cosas por tu cuenta e intenta ser autosuficiente. Si las cosas escalan a una situación complicada y poco manejable, antes de evidenciar a tu jefe plantéate cuáles son tus opciones, quiénes son tus aliados y si tienes documentadas las malas conductas y sus consecuencias en tu desempeño.

No alimentes al tirano

Si tu jefe tiene un ego gigantesco y su única preocupación es mantener el poder, una situación que puede ayudar (aunque resulte dolorosa) es darle crédito parcial de las cosas. Así jamás echará abajo alguna idea tuya. Además debes aprender a elegir tus batallas. No vale la pena discutir todo. Intenta ser racional y pensar qué cosas puedes dejar pasar y cuáles sí ameritan que te eches un “round” con él.

Piensa en números

Si tu jefe no te ve como un nombre, si no como un número (basado en cuánto vendes, cuánto produces, metas, y resultados), es mejor que comiences a hablar en su lenguaje. Siempre que le presentes alguna idea o proyecto, intenta apoyarte con datos y estadísticas. De la misma forma, al momento de tu evaluación, asegúrate de mostrar que tienes todas las métricas y datos necesarios para argumentar por qué tu trabajo ha sido de calidad.

Sé disciplinado

Esto junto con la determinación te pueden salvar de perder los estribos y lo poco “cool” que te queda. La experiencia de tener un pésimo jefe seguramente fortalecerá o sacará a la luz aptitudes que no sabías que podías desarrollar. Aprenderás a ser más justo con los demás, defender tus puntos con claridad y buenos argumentos, aprender a escuchar y ser paciente. Puede que no estés seguro de lo que quieras en tu vida laboral, pero por lo menos tendrás clarísimo lo que no quieres.

Díselo

No se trata de exponerlo, pero muchas veces un jefe está demasiado ocupado para ponerse a pensar si está haciendo las cosas bien o si sus empleados lo respetan. Puedes agendar una cita con él y explicarle que necesitas más orientación y definición de metas. Enfócate en tus necesidades. Muchas veces los jefes confunden el “empoderar” a sus empleados con dejarlos solos y sin dirección. No está mal que le hagas saber tus necesidades sobre establecer un rumbo y medir cosas.

Haz que comunique

Tal vez el problema de tu jefe es que no sabe comunicarse de manera acertada (un skill básico pero muy escaso dentro de las empresas). Puedes ser proactivo y organizar juntas. De esta manera estarás más enterado de lo que él quiere de ti y podrás comunicarle cómo van los proyectos en los que estás. Si no te da su opinión, pídela.

Hazte presente

Si tu jefe jamás te menciona con las demás personas y da la impresión de que trabaja solo, intenta venderte más. Sé que a veces puede sonar presuntuoso pero aprovecha cada oportunidad que tengas para hablar de ti y presentarte con las personas que crees importantes.

Muchas veces lo que hace falta con este tipo de jefes poco cooperativos es saber negociar. Ahora si de plano no puedes sacar a tu jefe de su zona de confort, utiliza todo a tu favor para intentar agregarle valor a la compañía y hacerte notar. No te des por vencido y si es el trabajo de tus sueños; lucha por él.

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